Estas rosquillas glaseadas, son una verdadera delicia, tendréis que hacerlas, no os quedará más remedio, es ideal para desayunar, estos días de otoño- invierno, también para merendar o a cualquier hora a mi me encantan.
Son facilísimas, además son a ojo, como las hacían las abuelas, para mi las mejores recetas, porque no todas las harinas son iguales y a veces necesitas más o menos.
La masa tiene que quedar un poco blanda así las rosquillas no quedan duras, y son mucho más esponjosas.
Se tienen que freír en abundante aceite.
Ingredientes:
2 huevos
50 gr. de azúcar
50 ml de aceite de oliva suave
1 cucharada de mantequilla
60 ml de leche
Ralladura de piel de naranja o de limón
50 ml de anís
1 sobre de levadura o 15 gr de polvos de hornear
La harina que admita.
Para el baño de glasa fácil:
Leche y azúcar.
Preparación: batimos un poco los huevos y vamos añadiendo el aceite, la leche, el anís, batimos un poco para que deshaga el azúcar, añadimos la ralladura de limón o de naranja añadimos la levadura y vamos añadiendo la harina, la que vaya admitiendo hasta quede una masa suave que podamos manejar con las manos.
Nos echamos harina en las manos y hacemos una bolita y le hacemos con en dedo un agujero em el medio y las vamos poniendo en la sartén con el aceite caliente, pero no muy caliente para que se hagan por dentro.
Le damos vuelta y cuando estan fritas las sacamos en un plato con papel absorbente.
Así hasta que se acabe la masa.
Las dejamos enfriar y le hacemos una glasa muy fácil, pones azúcar en una taza y añades un poco de leche poco porque tiene que quedar muy espeso y bañar las rosquillas, las dejar secar un poco y listas para comer, son una delicia.
Este paso te lo puedes saltar y no hacer la glasa y ponerle solo un poco de azúcar por encima.
Nota. En la masa le puse muy poco azúcar, porque como después le puse glasa ya lleva bastante azúcar, si no le pones glasa le puedes poner más azúcar a la masa, ya sabéis que a mi me gusta con poco azúcar todo.
Al ponerle glasa duran más tiempo en perfects condiciones.